Desde hace ya más de cincuenta años se oyen voces en la Iglesia latina que piden que junto a la cristología se elabore hoy una teología del Espíritu Santo (o pneumatología). La ausencia de una vivencia y de una teología del Espíritu produce graves consecuencias negativas para la vida de las personas, para la Iglesia y para la visión de la historia. A veces esta asfixiante ausencia del Espíritu se ha suplido con sucedáneos devotos, lo cual no es saludable, como tampoco lo es el desembocar en el extremo contrario de defender un Espíritu al margen de Jesús de Nazaret, el Cristo.
Frente a este déficit de Espíri ...